En un día como hoy son muchas las personas
que se han incorporado a su puesto de trabajo tras finalizar sus vacaciones
estivales. Y quizá gran parte de ellas
estén padeciendo el llamado síndrome postvacacional, que se caracteriza por un
conjunto de síntomas emocionales y físicos tales como ansiedad, apatía, antipatía,
desgana, tristeza, cansancio continuo, dificultad para dormir, dolores de
cabeza frecuentes, o incluso dolores gástricos.
Aunque el síndrome postvacacional no está
reconocido como enfermedad por la Sociedad
Española de Psiquiatría, los psicólogos recomiendan que para
aliviar sus síntomas, en el ámbito laboral intentemos incorporarnos progresivamente
a las tareas de forma que el rendimiento vaya de menos a más, y en el ámbito
personal, hay que planificar el tiempo
para que nuestra vida no se limite al trabajo. Así que intenta realizar
actividades tras la jornada laboral aprovechando las horas de luz. Es aconsejable
por ejemplo practicar deporte, dedicarle unos minutos a la lectura, quedar con
los amigos para tomar algo en una terraza, visitar a algún familiar, etc.
Si además tienes una actitud positiva ante la vida, mejor.